La psoriasis, incluyendo la psoriasis en el cuero cabelludo, es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar la piel, las uñas y a las articulaciones. Esta enfermedad, incluyendo su manifestación en el cuero cabelludo, es crónica, se presenta de a brotes y no es contagiosa en ninguna de sus variantes.
Esta afección se manifiesta cuando el sistema inmunitario envía información incorrecta al cuerpo. Cuando esto sucede, las células de la piel se multiplican y acumulan con demasiada rapidez.
La psoriasis afecta aproximadamente al 2,3% de la población, apareciendo con mayor frecuencia entre los 15 y 35 años, aunque también puede afectar a niños y adultos mayores.
Con respecto a las áreas del cuerpo afectadas, la Academia Americana de Dermatología (American Academy of Dermatology, AAD), afirma que al menos el 50% de todas las personas con psoriasis en placas experimentan un brote psoriasis en el cuero cabelludo.
¿Cómo se produce la psoriasis en el cuero cabelludo?
El desarrollo de la psoriasis en el cuero cabelludo es bastante aleatorio, pudiendo remitir y volver, apareciendo en las mismas zonas o cambiar de ubicación.
La psoriasis no es hereditaria, pero se supone la existencia de cierta predisposición genética, ya que aproximadamente un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis. No obstante, además de esta predisposición, se estudia actualmente la existencia de factores que favorecen su aparición. Entre estos, se encuentran:
- El clima árido y seco.
- Los estados de ánimo complejos como el estrés y la ansiedad.
- Déficit de vitamina D.
- El tabaco y el alcohol.
Como sabemos, la psoriasis tiene su origen en el sistema inmune, más precisamente en unas células de la sangre llamadas linfocitos T. Estas células actúan como protección del cuerpo contra infecciones y enfermedades.
En los pacientes con psoriasis, los linfocitos T se activan de manera incorrecta y provocan ciertas respuestas celulares; entre ellas, una proliferación de las células de la epidermis, los llamados «queratinocitos». Simultáneamente se produce la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, lo que se manifiesta en el color rojo de las lesiones.
En aquellos casos en que la psoriasis del cuero cabelludo es leve, el único síntoma puede ser la presencia de parches de piel pequeños y escamosos. Sin embargo, cuando el cuadro es más grave, los síntomas pueden incluir:
- Resequedad, escamas y bultos en la piel.
- Pérdida temporal del cabello.
- Ardor.
- Picazón.
- Pueden presentarse síntomas secundarios como el sangrado o infecciones derivadas.
Causas y síntomas de la psoriasis capilar
La presencia de psoriasis en el cuero cabelludo es muy frecuente. Puede ser la zona donde inicia la enfermedad, acompañar otra forma de psoriasis o incluso ser la única zona afectada. Su aspecto es el de una descamación seca y gruesa adherida sobre una zona roja del cuero cabelludo.
Como hemos mencionado, el color rojo que presenta la piel del paciente con psoriasis en el cuero cabelludo se debe a la dilatación de los vasos sanguíneos. Al mismo tiempo se produce una proliferación acelerada de las células de la epidermis, los llamados «queratinocitos», que se acumulan y provocan las escamas.
En condiciones normales, la renovación celular de la epidermis lleva unos 30 días, pero en los pacientes con psoriasis se produce en solo 4 días, lo que genera la acumulación de células, la formación de placas blanquecinas y descamación.
En ocasiones, observamos sólo una descamación mínima y otras veces encontramos escamas blancas gruesas a lo largo de todo el cuero cabelludo. En algunos casos, las lesiones de la psoriasis pueden llegar a la línea frontal del cabello, el cuello o detrás de las orejas.
Con frecuencia, la psoriasis en el cuero cabelludo genera mucho picor a quien la sufre, y las escamas que se desprenden tienen el aspecto de caspa que se adhiere a la ropa. La psoriasis por sí sola no es una causa directa de alopecia ni pérdida capilar, sin embargo, cuando las escamas son gruesas atrapan el pelo y lo arrancan cuando el paciente intenta quitárselas. Por otro lado, el ácido salicílico utilizado para ablandar las escamas puede resultar un agente dañino para el cabello.
Asimismo, en los casos en que el cabello resulta dañado o se pierde cantidad, este se recuperará automáticamente una vez que se logre controlar la psoriasis.
No se ha descubierto aún una única causa que explique la aparición de psoriasis del cuero cabelludo, sin embargo, investigaciones sugieren que existe un vínculo genético. Las personas que reportan al menos un miembro de la familia con psoriasis tienen una mayor tendencia a desarrollar la enfermedad.
¿Cómo tratar la psoriasis en el cuero cabelludo?
Cada paciente con psoriasis en el cuero cabelludo debe ser tratado con un protocolo personalizado y adaptado al tipo de psoriasis que presente. La psoriasis se manifiesta de manera particular en cada individuo y lo que resulta eficaz en uno puede tener resultados completamente diferentes en otro.
Los tratamientos para la psoriasis en el cuero cabelludo son capaces de eliminar las lesiones de manera temporal y aliviar las molestias. Sin embargo, en la actualidad no existe una cura definitiva para esta enfermedad. Los diferentes abordajes actúan sobre la inflamación, reduciéndola y frenando la proliferación de queratinocitos.
El tipo de tratamiento para la psoriasis variará según la gravedad de la enfermedad, los hábitos de la persona, las enfermedades preexistentes, edad y preferencias.
De acuerdo con las características del caso, el médico podrá aconsejar medicamentos de uso tópico, exposición a fototerapia y, en casos más severos, aconsejar medicamentos orales, subcutáneos, intramusculares o intravenosos. Todas estas alternativas terapéuticas pueden administrarse bajo indicación médica, como único método o combinadas.
Aunque los diferentes tratamientos para la psoriasis en el cuero cabelludo son efectivos para muchos pacientes, ninguno lo es para todos. Esto es así debido a que cada individuo podrá responder al tratamiento de una manera diferente.
Es por esto que se hace indispensable realizar una exploración profunda de cada caso y un seguimiento periódico del tratamiento llevado a cabo.